El perro
puede enorgullecerse de haber sido el primer animal domesticado. Es la criatura
doméstica más abundante, vive en todos los lugares donde viven sus compañeros
humanos y supera al resto de animales domésticos en número de razas.
No hay
duda que los primeros pobladores de Eurasia estaban acostumbrados a los lobos,
pues las dos especies surgieron en el mismo territorio, cazaban los mismos
animales e incluso aprovechaban las sobras de las comidas del otro. Ambas
especies eran inteligentes e ingeniosas y vivían en grupos bien estructurados.
Llegó un momento en el que estas similitudes, que podían haber dado lugar a una
lucha abierta, se convirtieron en una especie de cooperación, parece ser que
los humanos se aprovechaban de la facilidad con que los lobos localizaban las
presas y les conducían a ellas mientras que los lobos aprendieron que los
campamentos de los humanos eran una fuente inagotable de huesos, despojos y
otros residuos comestibles. Los humanos empezaron a quedarse con las crías de estos
merodeadores de campamentos, a domesticarlos y a criarlos, así, hace
aproximadamente 12.000 años, surgió una línea de perros de compañía que vivía
con el hombre.
Esta
hipotética derivación del perro desde el lobo debió ocurrir repetida e
independientemente allí donde los humanos y los lobos estuvieron en contacto
directo. Sin embargo, parece ser que algunas razas de lobos de la Península
Arábiga, India y China fueron especialmente propensos a asociarse con los
humanos. Los perros descendientes de los pequeños lobos asiáticos se
expandieron por el oeste, el norte y el este. Los restos arqueológicos más
antiguos indican que perros que se parecían a esos lobos llegaron a lugares tan
apartados como Inglaterra, Japón e Idaho, en la parte occidental de los Estados
Unidos.
El lobo
del que desciende el perro era un animal que presentaba muchas variedades
formales. Hoy en día, en cualquier exposición de perros se pueden contemplar
ejemplares de tamaños, proporciones, colores, estructuras, largos y texturas de
pelo muy diferentes. No existe ninguna especie doméstica que tenga tipos tan
diferentes como el chihuahua, el pequinés, el terrier escocés, el basset, el
dálmata, el husky siberiano, el caniche, el mastín o el perro lobo irlandés.
En el
mundo existen perros pertenecientes a éstas y a otras muchas razas, así como
cruces de todo tipo. Muchos perros siguen desempeñando tareas tradicionales:
acaban con los bichos, eliminan la carroña, cazan, tiran de trineos y carros,
cuidan del ganado y protegen a la gente y a sus propiedades. En algunos lugares
del mundo, se siguen comiendo, pero como cada vez es mayor el número de
personas que viven en las ciudades, crece también el número de perros que sólo
son mascotas o animales de compañía.
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